Las ferias de arte fueron fenómenos que surgieron a la sombra de ARCO. A finales de la anterior centuria, florecieron como hongos y muchas ciudades- Salamanca, Cáceres, Sevilla, Marbella, Cádiz, Jaén, Armilla…- organizaron, con escaso criterio, unos burdos acontecimientos que dejaban mucho que desear, no aportaban absolutamente nada nuevo y sólo sirvieron para que unos pocos -la mayoría advenedizos en lo artístico- pudieran tener unos días de gloria y así fomentar un ego que para poco les sirvió. Casi en ningún sitio , salvo Santander, tuvieron éxito. No lo hubo porque las cosas se hicieron mal. No se contó con galerías de prestigio que respaldaran los eventos; los organizadores tenían poca credibilidad y nula experiencia y se notó infinitamente más la cohetería que la sensatez y la verdad. De aquello no queda casi nada. Es más, dentro de unos días se pone en marcha la Semana del Arte de Madrid. ARCO sigue siendo la madre y maestra de todo aquello; alrededor de lo que acontece en IFEMA hay una serie de ferias satélites que, la mayoría, quiten ustedes Urvanity y poco más, dejan mucho que desear y sólo acogen galerías de muy medio pelo, con artistas que la mayoría no tienen cabida en galerías de prestigio.
Hace unos días se puso en marcha la segunda edición de LATERAL, la feria de arte de Granada que dirige Miguel Ángel Moreno Carretero y que ha sido un auténtico éxito de participantes y de público. Vayamos por parte porque hay muchas cosas que comentar. El director y creador de esto es artista grande, de ideas claras y sensatas, sin compromisos espurios para conseguir dudosas prebendas. Ha sido un proyecto de muchísimo éxito porque las cosas se han hecho con sensatez y buscando sólo el fomento de lo artístico con objeto de acercar la creación contemporánea a todos los sectores. Miguel Ángel Moreno Carretero, que es artista de profunda convicción y acertada ejecución en lo que hace; sabe mucho de todo este complejo de cosas que es un evento de este tipo; conoce los entresijos del arte, tanto como creador de múltiples actividades a las que ha sabido dar mucho sentido y clara dimensión artística. No en vano fue el creador de SCARPIA, aquellas jornadas de intervención artística en espacios naturales y urbanos que llevaba a cabo, hasta 2016, en El Carpio, su pueblo natal. Por eso, LATERAL no es una feria que mira de lejos o de soslayo a una parte de lo artístico, lo que se ha hecho tantas veces de manera equivocada. Es un proyecto bien gestado, mejor estructurado y acertadamente dispuesto para que la Feria no fuese ese remedo vacío y con ínfulas que tanto se da en otras situaciones de este tipo. Lo veremos dentro de unos días en algunas de las ferias paralelas a ARCO. LATERAL es todo lo contrario, es un encuentro participativo, donde el arte grande llega a todos y donde la gente accede directamente a una creación que se abre sin demasiada dificultad. Moreno Carretero ha gestionado muy bien los tiempos y los espacios, concediendo al visitante asuntos que les convencen porque son convincentes y bien dispuestos para llegar a ellos sin problemas. LATERAL es una feria participativa, muy participativa. Los artistas ofrecen su producto, alguno muy bueno y dentro de lo que es el verdadero arte contemporáneo. En LATERAL se ha intentado y, con seguridad, la mayoría de las veces se ha conseguido, alejarse de los elitismos y de las vanidades que tanto abundan en un arte al que le falta madurez y le sobra tonterías.
Jesús Zurita, uno de los grandes pintores del momento y activo representante de la mejor generación de artistas que ha habido en Granada, ha pintado in situ, sin trampa ni cartón. Ha habido buena sintonía con la profesión y con los profesionales; se ha cuestionado el actual coleccionismo promoviendo que los coleccionistas aporten y se impliquen para el fomento de una causa que es totalmente justa y necesaria. Además, han habido muy buenas compras de obras importantes de artistas importantes que pueden engrosar buenas colecciones o ser el punto de partida de incipientes coleccionistas. Se han dado lecciones en directo de lo que significa el intervencionismo y la instalación. Se ha homenajeado al gran Alejandro Gorafe, artista grande como ninguno y sabio actuante de un arte al que él supo dar una personalísima intención. Un artista que se nos ha ido silenciosamente, como era él, dejando un hueco imposible de llenar. Asimismo, como no podía ser menos, se ha permitido que el concepto ferial sea una absoluta realidad. De esta manera, las galerías que trabajan en la ciudad y que tanto aportan a la dinámica artística granadina, han estado presentes con stands donde se ponía en valor lo mucho bueno que hacen para canalizar el importante contingente artístico que genera Granada. Así nos encontramos con espacios institucionales como la UGR, con ese proyecto liderado por Pedro Osákar con artistas de la Facultad, Alejando del Valle, María Valdés, José Luis Lozano, María Caro o la obra conjunta de Santi Lara y Beatriz Coto. Las buenísimas formas que presentaba el stand de Espacio Lavadero con Juan Fernández Lara, Fran Baena, Xavier Monsalvatje, Cristina Megía y el mismo Pedro Osákar. La presencia siempre esclarecedora e importantísima de Christian Walter con obras del gran Paco Pomet, Antonio Alcaraz, Soledad Sevilla, Frederic Amat y el recientemente fallecido Miguel Rodríguez-Acosta. Muy interesante lo presentado en la Raíz, con obras de Julia Santa Olalla, Fran Pérez Rus, Rosa Aguilar, Paulina Silva o Pepa Mora. La galería Cefe Navarro nos dejaba un stand auténticamente redondo, con obras de Nacho Estudillo, Belén Mazuecos, Nino Sánchez Bayo, Jesús Montoya, Irene Cuadrado, Maribel Andrés, Pedro Cuadra o Nieves González, entre otros. Muy importante, como siempre, lo aportado por la gelría Ruiz Linares, con obras de Lola Berenguer, Simón Zábell y Agus Díaz Vázquez. No se pueden dejar atrás otros espacios granadinos que, de forma silente pero constante, están aportando mucha intensidad al panorama artístico de una ciudad que está inmersa en la Candidatura a la Capitalidad Europea de la Cultura. Así, AFOGRA, presentaba obras de Andrés Morales Chica, Angus Murillo, Laura Martínez, Jesús Gil o Lola Ortega. Deriva, accedía al palacio de Santa Escolástica con obras de Mar Martín, Argider Aparicio y Eleazar Ortuño. El Nido, presentaba a Chari Nogales; El Silo Eléctrico a Juan Palomares, Pepa Salas, Caterina De Nisco, Juan Luis Molero y obras a la limón de Serafín Mesa y Salva di Marte. En el Espacio Cartuja encontrábamos obras de Miguel A. Moreno, Amparito, Diego Balazs y Eugenio Ocaña. En la 43, aparecía Daniel Expósito, Jairo Blanes y Mar Cabello. En la Cajita de Cerillas, Rebeca Mayo, Mister Zumbi y Vega. La Empírica ofertaba piezas de DGR sin estar a la venta, según catálogo. La Escondida se presentaba con obras de Hugo Saliente, Manu Callejón, Zer, Alicia García Moral y Dolores Garrido. En la Estampería, obras de Antonio Damián y José Manuel Peña. En Vinauro la obra de Fernando Bayona; V.E.S. Arte aparecía con piezas de Alex Barros y Elsa Garate. EL proyecto Camaleón apostó por Yolanda Aguado, Manolo Mesa, así como por Pablo Gandasegui; En Maya Vergel encontramos piezas de Sophie Aguilera, Paz Lara y la propia Maya Vergel. En Media Luna, Esperanza Romero, Juan Moreno y Luna Nother. Por último, Menfis, sacaba fuera de su sede a Juan Vida, Paco Gil o Pepe Molero.
Han sido unos días de intensa actividad artística en una ciudad que aspira con fuerza a capitalidad de la Cultura. Por entusiasmo y capacidad no será. Esta Feria, bien ideada y mejor llevada a cabo por Migue Ángel Moreno Carretero, plantea las claves de cómo con muy buenos argumentos, entusiasmo, saber hacerlo y creérselo se consigue todo. Ha sido una feria donde muchas otras deberían mirarse. Enhorabuena al organizador, a las instituciones que han apoyado el proyecto, a los galeristas y responsables de espacios expositivos, a los artistas y, al pueblo de Granada que, sabe dónde acudir, haciéndolo con entusiasmo y pasión.